martes, 24 de septiembre de 2013

ANIMALES INVERTEBRADOS II PARTE



 PORÍFEROS

Las esponjas o poríferos (Porifera) son un filo de animales invertebrados acuáticos que se encuentran enclavados dentro del subreino Parazoa. Son mayoritariamente marinos, sésiles y carecen de auténticos tejidos. Son filtradores gracias a un desarrollado sistema acuífero de poros, canales y cámaras. Existen unas 9.000 especies de esponjas en el mundo,1 de las cuales solo unas 150 viven en agua dulce. Se conocen fósiles de esponjas (una hexactinélida) desde el Período Ediacárico (Neoproterozoico o Precámbrico superior).2 Se consideraron plantas hasta que en 1765 se descubrió la existencia de corrientes internas de agua y fueron reconocidas como animales y su digestión es intracelular.


                                               Características generales

Una de las características más sorprendentes de las esponjas es que la mayoría de las células que componen su cuerpo son totipotentes, es decir, pueden transformarse en cualquiera de los otros tipos celulares según las necesidades del animal. Por tanto, se considera que las esponjas tienen una organización celular, a diferencia del resto de metazoos cuya organización es tisular (con tejidos). Carecen de verdaderas capas embrionarias.



La forma corporal generalizada de estos animales es la de un "saco" con una abertura grande en la parte superior, el ósculo, que es por donde sale el agua, y muchos poros más o menos pequeños en las paredes, que es por donde entra el agua. La filtración del alimento se produce en la cámara interna del animal, y es llevada a cabo por un tipo celular especializado y único de los poríferos, los coanocitos. Estas células tienen una gran similitud con los protozoos coanoflagelados, por lo que hoy hay pocas dudas de que están relacionados filogenéticamente. Las esponjas, los metazoos más primitivos, tuvieron probablemente un antecesor común con los coanoflagelados coloniales, similares tal vez a los actuales Proterospongia o Sphaeroeca que son simples agregados de animales unicelulares.

Las esponjas son prácticamente incapaces de desplazarse; muchas carecen de simetría corporal y por tanto no tienen una forma definida; las hay que crecen indefinidamente hasta que topan con otra esponja en crecimiento o un obstáculo, otras que se incrustan en rocas, horadándolas, etc. Una especie determinada puede adoptar diferentes aspectos según las condiciones ambientales, como la naturaleza e inclinación del sustrato, disponibilidad de espacio, corrientes de agua, etc.

No obstante, recientes estudios3 han demostrado que algunas esponjas pueden realmente desplazarse sobre el sustrato de un sitio a otro, pero dada su extrema lentitud (unos 4 mm al día) el fenómeno había pasado inadvertido.

La excreción, básicamente amoníaco, y el intercambio gaseoso se producen por difusión simple, sobre todo a través del coanodermo.

Las esponjas carecen de boca y de aparato digestivo y a diferencia del resto de metazoos dependen de la digestión intracelular, con lo que la fagocitosis y pinocitosis son los mecanismos utilizados para la ingestión de alimento. Tampoco tienen células nerviosas, son los únicos animales que carecen de sistema nervioso.
 
                                              LOS CELENTERADOS
 
Los celenterados o celentéreos son animales invertebrados eumetazoos diblásticos, que presentan simetría radiada y su cuerpo tiene una única cavidad gastrovascular. Esta cavidad se comunica con el exterior por un orificio que funciona como boca y ano a la vez.

Pese a que el término celenterado no forma parte del diccionario de la Real Academia Española (RAE), su utilización es cada vez más frecuente y, posiblemente, con el paso del tiempo termine aceptándose también por quienes regulan las reglas de nuestro idioma. Cabe señalar que este concepto deriva de la palabra celentéreo que proviene de un vocablo griego que significa “intestino hueco”.

Los celenterados formaban un filo de animales que incluía a los cnidarios y los ctenóforos. En la actualidad no está claro si dichos grupos se encuentran directamente emparentados, por lo que se estudian de forma separada.

Los cnidarios presentan una células especiales que se denominan cnidoblastos o cnidocitos, que les permiten segregar una sustancia urticante para atacar a sus presas o defenderse frente a los depredadores; un ejemplo de este grupo son las aguas vivas y las anémonas de mar. Los ctenóforos, por su parte, presentan clobastos pegajosos que cumplen con la misma función.

En el caso de los cnidarios, que se reparten en unas 10.000 especies y viven en distintos medios acuáticos, es posible distinguir entre los pólipos (que son fijos y tienen forma de saco, con una abertura hacia arriba) y las medusas (con capacidad de movimiento en el agua). Los ctenóforos, que son exclusivamente marinos, presentan una única forma en sus cerca de 100 especies.

Estructura corporal y funcionalidades del organismo

Todos los celenterados poseen un sólo orificio que sirve tanto para el ingreso de alimentos como para eliminación de residuos que devengan de la digestión, por eso se dicen que tienen un sistema digestivo incompleto. Además, casi todos poseen alrededor de la boca una serie de tentáculos que les permiten capturar alimento y defenderse de sus enemigos.

CelenteradosEn lo que respecta a su estructura corporal, poseen una capa exterior (epidérmica) cuya finalidad es protegerlos de los agentes nocivos e interactuar con el medio, una interna (gastrodermis) que les sirve para realizar la digestión que se hace de forma intracelular. Además, entre ambas capas poseen un estructura gelatinosa (mesoglea) que es la que les sirve de apoyo y les facilita el desplazamiento. La mesoglea se encuentra conectada con la epidermis a través de células nerviosas permitiendo que todo lo que perciben con su piel externa sea captado por todo el organismo y pueda responder en función de las sensaciones que se transmiten a través del mecanismo sensitivo neuro-motor.

A diferencia de otros animales pertenecientes al grupo de los invertebrados, los celenterados carecen de sistema circulatorio, respiratorio y excretor, de tal modo que los alimentos deben ser distribuidos a través de la cavidad gastrovascular, el intercambio de gases se realiza por difusión y las excreciones son lanzadas igualmente a través del sistema de difusión. En lo que respecta a su hábitat, son animales acuáticos, la mayoría de ellos marinos, aunque también los hay de agua dulce.

En cuanto a la reproducción, los cnidarios cumplen con la alternancia de generaciones, algo que no hacen los ctenóforos. Los pólipos suelen reproducirse de forma asexual (por brotamiento), mientras que las medusas se dividen en machos (que producen espermatozoides) y hembras (son productoras de óvulos). Cabe mencionar que existen algunas especies que poseen ciclos de vida con alternancia, algunas generaciones sexuadas y otras asexuadas, de modo que así se mantienen en equilibrio con el medio. En este punto es importante detenernos, pues este elemento es uno de los más destacables de muchas especies; si desaparecieran los depredadores de las mismas, éstas no sobrepoblarían porque tienen un mecanismo de reproducción que contempla el equilibrio del medioambiente.


ANIMALES INVERTEBRADOS

                                           
                                    ANIMALES INVERTEBRADOS

Se denomina invertebrados a todos aquellos animales (reino Animalia) que no se encuadran dentro del subfilo de los vertebrados del filo cordados (Chordata). El nombre alude a que, a diferencia de estos últimos, carecen de columna vertebral o notocorda y de esqueleto interno articulado. Agrupa al 95% de todas las especies animales.1

Dentro de la paleozoología y la paleobiologia, invertebrados grandes y pequeños son estudiados mediante fósiles; esta disciplina es llamada paleontología de invertebrados.

                                                      Clasificación

El término invertebrados fue introducido por Lamarck, al que se considera fundador de la zoología de invertebrados. En la clasificación de Carlos Linneo los animales no vertebrados se repartían en insectos y gusanos (refiriéndose respectivamente a los artrópodos y los anélidos).

En 1794, Lamarck subdividió a los que desde entonces se denominó "invertebrados" en moluscos, insectos, gusanos, equinodermos y pólipos. En 1809, consideró ya diez clases: moluscos, cirrípedos, anélidos, cangrejos, arañas, insectos, gusanos, equinodermos, pólipos e infusorios. Entre 1815 y 1822 Lamarck publicó, en siete volúmenes, la Historia natural de los animales invertebrados, con descripciones de las especies entonces conocidas y que fue obra de referencia durante mucho tiempo. Aunque muchos de los nombres anteriores siguen utilizándose, sus límites han cambiado.
 
                                                    Uso
En la práctica profesional de la zoología, y en su enseñanza, la distinción entre vertebrados e invertebrados sigue ocupando un lugar, siendo comunes los departamentos universitarios, revistas científicas o manuales de zoología dedicados a los invertebrados, como el libro de Brusca y Brusca;2 y el de Hickmann, aunque esto debe interpretarse como efecto de una tradición, y no como el reconocimiento de validez o utilidad científica del concepto. En el tratamiento académico de la diversidad de los invertebrados se ha seguido utilizando extensamente la distinción de dos categorías: los artrópodos y los no artrópodos. Pero el problema que presentan estos últimos es análogo al indicado más arriba para el concepto de “invertebrados”.
Algunos filos y ejemplos

    (Artrópodos) - arácnidos, insectos, miriápodos, crustáceos

    (Moluscos) - almejas, calamares, pulpos, caracoles.
    (Poríferos) - esponjas.
    (Celenterados) - medusas, corales, pólipos.
    (Equinodermos) - estrellas de mar y erizos de mar
    (Platelmintos) - gusanos planos y parásitos.
    (Nematodos) - gusanos cilíndricos.
    (Anélidos) - lombrices de tierra, sanguijuelas.





                                                Macroinvertebrados

En el lenguaje de la ecología acuática, el término macroinvertebrado se utiliza tradicionalmente para referirse a los invertebrados de agua dulce, incluyendo los insectos (sobre todo larvas y ninfas), crustáceos, anélidos, moluscos (caracoles acuáticos y bivalvos) y planarias (platelmintos) que habitan en cauces de ríos, charcas, lagos, etc. Históricamente, su abundancia y diversidad se han utilizado como indicadores (bioindicadores) de la salud del ecosistema y de la biodiversidad local. Son un componente imprescindible en la cadena alimenticia y la trasformación de la materia orgánica.


                                                ARTRÓPODOS


Los artrópodos son los animales invertebrados que forman el filo más diverso del reino animal. Estos animales tienen el cuerpo cubierto por un exoesqueleto conocido como cutícula y formado una serie lineal de segmentos ostensibles, con apéndices de piezas articuladas. Los arácnidos, los insectos y los crustáceos son artrópodos.

ArtrópodosLos especialistas calculan que existen más de un millón de especies de artrópodos, lo que supone cerca del 80% de todas las especies animales conocidas. La mayoría de los artrópodos son insectos, y muchos de ellos se encuentran adaptados para la vida en el aire.

Pese a la gran variedad de artrópodos, pueden mencionarse varias características en común, como la presencia de un exoesqueleto quitinoso y de apéndices articulados, o el cuerpo formado por segmentos repetitivos (un fenómeno que recibe el nombre de metamería).

Además de todas estas características señaladas es importante establecer igualmente que otra de las principales señas de identidad de los artrópodos es su sistema de reproducción. En este caso podemos subrayar que la hembra es la que se encarga de poner huevos, una vez que se ha producido la fecundación por parte del macho.

En este caso, el resultado de este proceso puede ser de dos tipos. Así, de ese huevo puede nacer directamente un individuo similar a sus progenitores o bien de aquel puede producirse el nacimiento de una larva que, poco a poco, se irá transformando en un proceso conocido como metamorfosis hasta dar lugar al citado ser.

El exoesqueleto está formado por distintas capas. La capa superficial, que se denomina epicutícula, es muy delgada, está compuesta por proteínas y lípidos, y tiene una función impermeabilizante. La procutícula es la capa más gruesa de la cutícula y puede dividirse en exocutícula (la parte más rígida) y endocutícula (flexible).

Cabe destacar que, a lo largo de su crecimiento, el artrópodo muda su exoesqueleto a través de un proceso de ecdisis.

Diversas son las clasificaciones que existen para poder determinar los distintos tipos de artrópodos que hay en la actualidad. No obstante, lo más habitual es hacer grupos de estos seres vivos en base al número de patas que poseen. De esta manera, nos encontraríamos con cuatro grandes conjuntos:

Artrópodos con seis patas. Dentro de este grupo se encontrarían los insectos.

Artrópodos con ocho patas. Los conocidos como quelicerados son los que dan forma al mismo. Como ejemplo de estos tendríamos a las arañas, a los escorpiones o incluso a los conocidos como cangrejos herradura. La principal característica que les define y diferencia del resto de artrópodos es que no tienen antenas.

Artrópodos con diez patas. Los crustáceos son los que se incluyen en este conjunto, es decir, los cangrejos, los camarones o las langostas.

Artrópodos con más de doce patas. En su caso, los integrantes de este grupo son los miriápodos, es decir, seres vivos como los ciempiés.

Por último, podemos destacar la particularidad de los ojos de los artrópodos. Estos ojos pueden ser simples, con una sencilla retina y una córnea transparente que los recubre, o compuestos, formados por diversos elementos (los omatidios) que se ubican de forma radial y pueden apuntar a distintas direcciones.

                                                    MOLUSCOS
LOS moluscos son, después de los insectos, el grupo más extendido sobre el planeta, del cual se han clasificado aproximadamente 200 mil especies. Se les encuentra lo mismo en la copa de los árboles que en las profundidades abisales marinas. El estudio de estos animales ha ofrecido a los científicos, a través de la historia, temas por demás interesantes, por lo que es uno de los grupos mejor entendidos en la actualidad.

Se cuenta también con los conocimientos aportados por los coleccionistas aficionados, algunos de los cuales además del interés que les despierta la belleza de la concha, se han adentrado en el estudio de la biología de estos animales. Otros se han dedicado a conocer a los moluscos de interés puramente culinario, porque éstos, además de ser altamente nutritivos, tienen sabores especialmente agradables.

Muchos de los moluscos fueron utilizados desde tiempos prehistóricos en la alimentación humana, como lo demuestra el hecho de que en las cavernas y albergues en que se guarecieron los hombres primitivos del Paleolítico, persisten abundantes restos de conchas de moluscos que les sirvieron de alimento, como es el caso de la conocida cueva de Altamira, en el norte de España, donde se encontraron cantidades realmente extraordinarias de conchas de bígaros o lapas (Littorina littorea) y de lapas (Patella vulgaris). En los concheros y los kiokemondingos, formados por restos de cocina, se encuentran gran cantidad de conchas y, entre ellas, restos de hombres primitivos, de ahí su gran importancia arqueológica.

Poco a poco los moluscos se fueron incorporando a la dieta de la humanidad, aumentando el consumo de algunos de ellos, como las ostras, los ostiones, las almejas y los pulpos, entre otros; sin embargo, en la mayoría de los casos su explotación fue artesanal y para consumo doméstico. Hasta épocas recientes se inició la utilización industrial de algunos moluscos, como las ostras y los mejillones, sobre todo desde que se desarrollaron la ostricultura y la miticultura prácticas que se intensificaron a finales del siglo XIX e inicios del presente.

En la última década se han producido cambios importantes en las pesquerías mundiales de moluscos, sobre todo en el caso de los cefalópodos, al aumentar la explotación de estos recursos en la plataforma continental, con mejores equipos de pesca, embarcaciones y métodos de detección o cosecha y con la ampliación del mercado de estos organismos, ya que han sido incorporados como productos convencionales dentro del consumo del hombre.

La producción mundial de moluscos reportada por FAO para 1986, de 6 359 984 toneladas, está formada por moluscos marinos como abulones, caracoles, ostras y mejillones, calamares y pulpos, además de moluscos de agua dulce y, según esta organización, solamente los cefalópodos se encuentran muy explotados, sobre todo en las costas de Perú, Ecuador y Chile en el Océano Pacífico y, en la costa del Océano Atlántico, en el Reino Unido, Francia, España, norte y sur de África y Argentina.

Una de las razones del incremento del aprovechamiento de los moluscos es su alto valor nutritivo, ya que contienen vitaminas A, B, C y D; compuestos glicerofosfóricos; cloruros; carbohidratos, y proteínas en cantidades adecuadas y de fácil digestión. Las proteínas que están presentes son digeribles casi en un 100%, contra el 63% de las de carne de res. Algunos moluscos, como las ostras, poseen altas cantidades de yodo, compuesto que interviene en el funcionamiento de la tiroides; antianémicos como el cobre y el fierro, lo cual explica la añeja popularidad que tienen estos organismos como alimento muy nutritivo.


PECES

PECES

Los peces (Pisces*) son animales vertebrados acuáticos, generalmente ectotérmicos, la mayoría de ellos recubiertos por escamas, y dotados de aletas, que permiten su movimiento continuo en los medios acuáticos, y branquias, con las que captan el oxígeno disuelto en el agua.

Los peces son abundantes tanto en agua salada como en agua dulce, pudiéndose encontrar especies desde los arroyos de montaña (por ejemplo el gobio), así como en lo más profundo del océano (por ejemplo anguilas tragonas).

Los alimentos preparados con pescado son una importante fuente de nutrición para los seres humanos. Pueden ser pescados a partir de ejemplares silvestres, o criados de manera similar al ganado (véase acuicultura). Hoy en día la llamada pesca deportiva cada día se vuelve una actividad más popular. Los peces han tenido un papel importante en muchas culturas a través de la historia, que van desde las deidades religiosas a temas de libros y películas.

La especialidad de la zoología que se ocupa específicamente de los peces se denomina ictiología.


                                            Clasificación y filogenia
El grupo de los peces es parafilético y se define como todos los vertebrados que no son tetrápodos, es decir, por la exclusión de un taxón (los tetrápodos) de otro mayor (los vertebrados), y no por la posesión de características derivadas comunes (apomorfías). Las especies hoy existentes pertenecen a tres grupos (a veces considerados clases, a veces superclases):

    Agnatos o peces sin mandíbulas, que incluye unas pocas especies actuales (lampreas y mixines). Es un grupo parafilético.
    Condrictios o peces cartilaginosos, que incluyen a tiburones, rayas y quimeras, caracterizados por poseer hendiduras branquiales externamente visibles y un esqueleto compuesto sólo de cartílago. Son un grupo de vertebrados muy primitivos, pero muy exitosos evolutivamente, ya que los tiburones son animales antiquísimos que no han cambiado mucho desde su origen.
    Osteictios o peces óseos, con esqueleto óseo y branquias protegidas mediante un opérculo. Es un grupo parafilético. A su vez se subdividen en:
        Actinopterigios, peces óseos con aletas provistas de radios.
        Sarcopterigios, peces óseos con aletas lobuladas. Son el grupo hermano de los tetrápodos (veterbrados provistos de cuatro patas); los primeros anfibios se originaron a partir de sarcopterigios primitivos.


                                          Sistema respiratorio

Los peces realizan la mayor parte del intercambio gaseoso mediante el uso de las branquias, que se encuentran hacia ambos lados de la faringe. Las branquias están constituidas por estructuras filiformes denominadas filamentos branquiales. Cada uno de estos filamentos contienen capilares, que permiten una gran superficie para el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono. Este intercambio se produce cuando el pez aspira agua, que pasa a través de las branquias.

Hay peces, como los tiburones y las lampreas, que poseen aberturas branquiales múltiples. Sin embargo, la mayoría de los peces poseen branquias protegidas por una cubierta ósea llamada opérculo.

Ser capaz de respirar directamente aire es resultado de la adaptación para peces que habitan aguas poco profundas, donde sus niveles varían o donde la concentración de oxígeno en el agua puede disminuir en ciertas épocas del año. Los mecanismos para ello son variados. La delgada piel de las anguilas eléctricas les permiten cierto grado de absorción de oxígeno. También pueden respirar aire al tragarlo directamente de la superficie. Peces gato de las familias Loricariidae, Callichthyidae y Scoloplacidae son capaces de absorber aire a través de su tracto digestivo.2

En el caso de los peces pulmonados y poliptéridos se han descrito pulmones similares a los de los tetrápodos, por lo que deben subir a la superficie del agua a tragar aire fresco a través de la boca para que sea pasado través de las branquias o filamentos branquiales.
Sistema digestivo

Si bien todas las especies de peces poseen boca, no todas han desarrollado mandíbulas (ejemplo de esto son los agnatos). En el caso de las especies que si desarrollaron mandíbulas, esto les permitió acceder a una variedad mucho más amplia de alimentos, incluyendo las plantas y otros organismos.

En los peces, al ser la comida ingerida a través de la boca, es desglosada en el estómago. Órganos como el hígado y el páncreas añaden enzimas digestivas. La absorción de nutrientes se realiza a través del intestino.
Sistema locomotor

Con el fin de desplazarse de la mejor manera en el medio acuático (principalmente), los peces han desarrollado una serie de aletas, con diferentes funciones, algunas de ellas son:

    Aletas dorsales: Ubicadas en la zona dorsal, su función principal es entregar estabilidad y maniobrabilidad.
    Aleta caudal: Ubicada en la cola, su función es impulsar el nado.
    Aletas anales: Ubicadas ventrales al ano, su función es estabilizadora.
    Aletas pectorales: Ubicadas detrás de las branquias, su función principal es estabilizadora, aun cuando existen interesantes modificaciones de estas aletas (como en el caso del pez volador).
    Aletas pélvicas o ventrales: Ventrales a las aletas pectorales.

                                          Sistema circulatorio

Los peces tienen un sistema circulatorio cerrado con un corazón que bombea la sangre a través de un circuito único por todo el cuerpo. La sangre va del corazón a las branquias, de éstas al resto del cuerpo, y finalmente regresa al corazón. En la mayoría de los peces el corazón consta de cuatro partes: el seno venoso, el atrio, el ventrículo y el bulbo arterioso. A pesar de consistir en cuatro partes, el corazón de los peces está constituido por dos cavidades situadas en serie, una aurícula y un ventrículo.3 El seno venoso es una cámara de paredes delgadas que recibe la sangre de las venas del pez antes de permitirle fluir al atrio, una cámara muscular grande y que sirve como un compartimento de dirección única que dirige la sangre hacia el ventrículo. El ventrículo es una bolsa muscular de paredes gruesas encargada del bombeo hacia el corazón. El ventrículo se contrae y empuja la sangre a un tubo amplio llamado bulbo arterioso. Al final de la parte opuesta, el bulbo arterioso se une con un gran vaso sanguíneo llamado aorta, por la cual la sangre fluye hacia las branquias del pez.
                                                    Sistema excretor

Al igual que muchos animales acuáticos, la mayor parte de los peces excretan residuos nitrogenados en forma de amoníaco.4 Parte de sus excreciones se difunden a través de las branquias en el agua circundante. El resto es expulsado por los riñones, órganos excretorios que filtran la basura de la sangre. Los riñones ayudan a los peces a controlar la cantidad amoníaco en sus cuerpos. Los peces de agua salada tienden a perder agua debido a la ósmosis. En los peces de agua salada, los riñones concentran la basura y expulsan del cuerpo tan poca agua como les sea posible. En el caso de los peces de agua dulce, la situación es a la inversa y tienden a obtener agua continuamente. Los riñones de los peces de agua dulce están especialmente adaptados para desechar grandes cantidades de orina diluida (o sea, con mucha agua).5 Algunos peces han desarrollado riñones especialmente adaptados que cambian su función, permitiéndoles trasladarse de agua dulce a agua de mar.

                                             Sistema nervioso

Comparándolos con otros vertebrados, los peces tienen generalmente un cerebro pequeño en relación al tamaño de su cuerpo, en torno a un quinceavo de la masa cerebral de aves o mamíferos de un tamaño similar.6 Sin embargo, algunos peces tienen un cerebro relativamente grande, como es el caso de los peces de la familia Mormyridae y los tiburones, cuyo cerebro tiene una proporción entre masa cerebral y corporal similar al de las aves y los marsupiales.

El cerebro está dividido en varias regiones. En la parte frontal se encuentran los lóbulos olfativos, un par de estructuras que reciben y procesan señales de las narinas a través de dos nervios olfativos.6 Los lóbulos olfativos están más desarrollados en peces que cazan principalmente por el olor, como los mixinos, tiburones y peces gato. Tras los lóbulos olfativos se encuentra el telencéfalo o cerebro anterior, estructura bilobular que en los peces concierne sobre todo al olfato.6

Conectando el cerebro anterior al cerebro medio o mesencéfalo se encuentra el diencéfalo (en el diagrama adyacente, esta estructura se encuentra debajo de los lóbulos ópticos y por consiguiente no visible). El diencéfalo realiza varias funciones asociadas con las hormonas y la homeostasis.6 La glándula pineal se sitúa justo encima del diencéfalo. Esta estructura realiza muchas funciones diferentes, incluida la percepción de la luz, el mantenimiento del ritmo cardíaco y el control de los cambios de pigmentación.6

El cerebro medio contiene los dos lóbulos ópticos. Éstos lóbulos son de mayor tamaño en especies que cazan con la vista, como la trucha arcoíris y los cíclidos.6

El metencéfalo está particularmente implicado en natación y equilibrio.6 El cerebelo es una estructura monolobular por lo general de gran tamaño y habitualmente la parte más grande del cerebro.6 Los mixinos y las lampreas tienen cerebelos relativamente pequeños, pero por el contrario el del pez elefante está muy desarrollado y aparentemente relacionado con su capacidad eléctrica.6

El mielencéfalo la parte más posterior del cerebro.6 Además de controlar las funciones de algunos músculos y órganos de cuerpo, en los peces óseos también se encarga de la respiración y la osmorregulación.6

                                           Sistema sensorial
Muchos peces poseen órganos sensoriales muy desarrollados. Casi todos los peces diurnos tienen ojos bien desarrollados que perciben el color al menos tan bien como los seres humanos. Muchos peces también tienen células especializadas conocidas como quimiorreceptores que son responsables de los sentidos del gusto y del olfato. Aunque disponen de oídos en sus cabezas, muchos peces no perciben bien los sonidos. Sin embargo, la mayor parte de peces tienen receptores sensibles que forman la línea lateral. La línea lateral permite a muchos peces detectar corrientes suaves y vibraciones, así como sentir el movimiento de sus presas o de otros peces cercanos.8 Algunos peces, como los tiburones o los peces globo, tienen órganos que perciben niveles bajos corriente eléctrica.9 Otros, como la anguila eléctrica, puede producir su propia electricidad.

Los peces se orientan usando puntos de referencia y pueden utilizar mapas mentales de relaciones geométricas basadas en señales múltiples o símbolos. En estudios realizados con peces en laberintos, se ha determinado que los peces utilizan rutinariamente la memoria espacial y la discriminación visual.10
Capacidad para sentir dolor

Experimentos realizados por el Dr. William Tavolga, zoólogo del Mote Marine Laboratory, aportan pruebas de que los peces muestran respuestas de miedo y dolor. Por ejemplo, en los experimentos de Tavolga, los peces sapo gruñían cuando se le aplicaban descargas eléctricas, y con el tiempo comprobaron que ya gruñían ante la mera vista de un electrodo.11

En 2003, científicos escoceses de la Universidad de Edimburgo que realizaban una investigación sobre la trucha arco iris concluyeron que los peces muestran comportamientos asociados generalmente con el dolor. En pruebas realizadas tanto en la Universidad de Edimburgo como en el Instituto Roslin, se inyectó veneno de abeja y ácido acético en los labios de la trucha arco iris, lo que hizo que los peces balancearan sus cuerpos y frotaran los labios contra las paredes y el suelo de sus tanques, por lo que los investigadores creen que eran esfuerzos por aliviar el dolor, de forma similar a como lo harían los mamíferos.12 13 14 Las neuronas en los cerebros de los peces mostraron un modelo parecido al de los humanos cuando experimentan dolor.14

El profesor James D. Rose de la Universidad de Wyoming criticó el estudio, afirmando que era erróneo, principalmente por que éste no aportaba pruebas de que los peces poseen «percepción consciente, en particular un tipo de percepción que se parezca de forma significativa a la nuestra».15 Rose sostiene que ya que el cerebro de los peces es muy diferente del nuestro, los peces probablemente no son conscientes (en la forma en que los son las personas), por lo que las reacciones similares a las reacciones humanas al dolor tienen otras causas. Rose había publicado su propia opinión un año antes sosteniendo que los peces no puede sentir dolor dado que sus cerebros carecen de neocórtex.16 Sin embargo, la conductista animal Temple Grandin sostiene que los peces podrían tener consciencia aún sin neocórtex, porque «especies distintas pueden usar sistemas y estructuras cerebrales diferentes para tratar las mismas funciones.»14

Los defensores de los derechos de los animales han mostrado su inquietud sobre el posible sufrimiento de los peces a causa de la pesca con caña. A la vista de recientes investigaciones, algunos países como Alemania han prohibido determinados tipos de pesca, y la Royal Society for the Prevention of Cruelty to Animals (RSPCA) británica, que considera que los peces es poco probable que perciban el dolor del mismo modo que las personas, pero que hay evidencias actualmente que indican que los peces realmente tienen la capacidad de percibir dolor y sufrimiento, por lo que persigue judicialmente a los individuos que son crueles con los peces.17



lunes, 16 de septiembre de 2013

ANFIBIOS



                             ANFIBIOS

Los anfibios (Amphibia, del griego αμφι, amphi ('ambos') y βιο, bio ('vida'), que significa «ambas vidas» o «en ambos medios») son un grupo de vertebrados anamniotas (sin amnios, como los peces), tetrápodos, ectotérmicos, con respiración branquial durante la fase larvaria y pulmonar al alcanzar el estado adulto. A diferencia del resto de los vertebrados, se distinguen por sufrir una transformación durante su desarrollo. Este cambio puede ser drástico y se denomina metamorfosis. Los anfibios fueron los primeros vertebrados en adaptarse a una vida semiterrestre, presentando en la actualidad una distribución cosmopolita al encontrarse ejemplares en prácticamente todo el mundo, estando ausentes solo en las regiones árticas y antárticas, en los desiertos más áridos y en la mayoría de las islas oceánicas. Hay descritas más de 7000 especies de anfibios.
Cumplen un rol ecológico vital respecto al transporte de energía desde el medio acuático al terrestre, así como a nivel trófico al alimentarse en estado adulto, en gran medida, de artrópodos y otros invertebrados. Algunas especies de anfibios secretan a través de la piel sustancias altamente tóxicas. Estas sustancias constituyen un sistema de defensa frente a los depredadores.


Desde hace miles de años los anfibios han sido asociados con mitos y magia, enfocándose mucho de este folclore desde una perspectiva negativa. Por otra parte, existen culturas que han relacionado a los anfibios con fertilidad, fortuna, protección, entre otros aspectos beneficiosos.


Evolución y sistemática

Los primeros tetrápodos se originaron a partir de un antepasado común entre estos y los peces de aletas lobuladas (sarcopterigios)3 conservando aún agallas y escamas, pero que en lugar de aletas presentaban patas anchas y aplanadas con un gran número de dedos, como es el caso de los ocho y siete en las especies de los géneros Acanthostega8 e Ichthyostega9 respectivamente. Los cambios y las adaptaciones a la vida terrestre se siguieron suscitando, entre los cuales se pueden nombrar la evolución de una lengua viscosa y protácil (empleada primordialmente en la captura de las presas), el desarrollo de glándulas cutáneas secretoras de veneno (como método de defensa), párpados móviles y glándulas para la limpieza, protección y lubricación de los ojos; entre otras.3

Las relaciones filogenéticas entre los tres grupos de lisanfibios han sido materia de debates y controversias por décadas. Los primeros estudios de secuencias de DNA mitocondrial y DNA ribosomal nuclear sustentaban una relación cercana entre las salamandras y las cecilias (grupo denominado Procera).10 11 12 13 Esta hipótesis ayudaba a explicar los patrones de distribución y el registro fósil de los lisanfibios, dado el hecho de que las ranas están distribuidas en casi todos los continentes mientras que las salamandras y las cecilias presentan una muy marcada distribución en regiones que alguna vez formaron parte de Laurasia y Gondwana respectivamente. Los registros fósiles más antiguos de ranas (y de lisanfibios) datan del Triásico Inferior (~250 Ma) de Madagascar14 (correspondiendo al género Triadobatrachus15 ), mientras que los de las salamandras y las cecilias corresponden al período Jurásico (~190 Ma). Sin embargo, los análisis posteriores y recientes en los que se han ocupado grandes bases de datos tanto de genes nucleares como mitocondriales, o una combinación de ambos, establecen a las ranas y las salamandras como grupos hermanos, cuyo clado es denominado Batrachia. Este grupo es reafirmado por estudios de datos morfológicos (incluyendo el de especímenes fósiles).

El origen del grupo aún es incierto,19 pudiendo dividirse las hipótesis actuales en tres principales categorías. En la primera Lissamphibia es considerado como un grupo monofilético derivado de los temnospóndilos en cuyo caso el grupo hermano puede ser el género Doleserpeton,20 21 y Amphibamus,16 Branchiosauridae22 23 o un subgrupo de este último grupo.24 La segunda hipótesis también establece a Lissamphibia como un grupo monofilético, pero derivado de los lepospóndilos.25 26 La tercera hipótesis sugiere un carácter polifilético (difilético y en algunos estudios trifilético) de los lisanfibios, con un origen de las ranas y las salamandras a partir de los temnospóndilos, mientras que las cecilias (y a veces las salamandras) derivarían de los lepospóndilos.27 28 29 30 31
                                         Anfibios modernos

La salamandra común (Salamandra salamandra) es una de las especies características del grupo de los caudados.
Las cecilias habitan principalmente en el Neotrópico.



Todos los anfibios actuales se agrupan, por lo general, en el grupo Lissamphibia, el que está compuesto por los clados Gymnophiona, Caudata y Anura, los cuales están organizados según el tipo de estructura vertebral y de extremidades.1 32 33 Los gimnofiones (conocidos coloquialmente como cecilias o apodos) corresponden a los anfibios modernos más escasos, desconocidos y peculiares. Son excavadores de aspecto vermiforme desprovistos de patas y que poseen una cola rudimentaria y tentáculos olfativos. Habitan únicamente en las regiones tropicales húmedas.

Por otra parte, los caudados (salamandras o tritones) están provistos de miembros iguales y de una cola. Los adultos se parecen bastante a los renacuajos, las únicas diferencias son la presencia de pulmones en lugar de las branquias y la posibilidad de reproducirse y de vivir fuera del agua. En ella se mueven con soltura gracias a los movimientos laterales de la cola. Fuera de ella utilizan las cuatro patas para andar.


Finalmente, los anuros (ranas o sapos) están provistos de miembros desiguales y carecen de cola en el estado adulto, presentando, como adaptación al salto, una columna vertebral reducida y rígida llamada urostilo.34 Durante la etapa larvaria atraviesan por un estado pisciforme. Presentan una dieta carnívora, como la gran mayoría de anfibios en etapa adulta (siendo por lo general herbívoros en estado larvario), alimentándose de insectos, arácnidos, gusanos, caracoles y casi cualquier animal que se mueva o sea lo suficientemente pequeño como para ser engullido completamente. El tracto digestivo es relativamente corto en los adultos, una característica en la mayoría de los carnívoros.2 Casi todos viven en charcas y ríos, pero algunos son arborícolas y otros habitan en zonas desérticas siendo activos sólo durante la época de lluvias. Se conocen más de 180 especies de cecilias, mientras que los caudados y los anuros están representados por más de 600 y unas 6000 especies respectivamente.35
                  
                                      Morfofisiología
Piel
Véase también: Glándula parotoide.
La rana flecha roja y azul (Oophaga pumilio) es un dendrobátido venenoso que presenta coloración de advertencia.



La piel de los tres principales grupos de anfibios (anuros, caudados y gimnofiones) es estructuralmente similar (aunque a diferencia del resto de los anfibios, los gimnofiones poseen escamas dérmicas36 ), siendo permeable al agua, desnuda (no contiene ningún tipo de anexo tegumentario, como pelos o escamas), muy vascularizada y está provista de una multitud de glándulas.3 Lleva a cabo una serie de funciones vitales en los anfibios al protegerlos contra la abrasión y agentes patógenos, colaborar en la respiración (respiración cutánea), absorbiendo y liberando agua y contribuyendo por medio del cambio de pigmentaciones (en algunas especies) y la secreción de sustancias a través de esta, al control de la temperatura corporal. Adicionalmente la piel actúa muchas veces como un medio de defensa o disuasivo contra los depredadores, al poseer una serie de glándulas venenosas o pigmentaciones de advertencia.

En la piel se aprecia ya un carácter típico de los vertebrados terrestres, como lo es la presencia de capas externas muy cornificadas. La piel consta de varias capas y se renueva periódicamente mediante un proceso de muda (siendo esta, por lo general, ingerida3 ), el cual está controlado por la hipófisis y la tiroides. Los engrosamientos locales son habituales, como es el caso de los anuros del género Bufo, como adaptación a una vida más terrestre. 37
Litoria phyllochroa.

Las glándulas cutáneas están más desarrolladas que en los peces, existiendo dos tipos: las glándulas mucosas y las glándulas venenosas.3 Las glándulas mucosas secretan un mucus incoloro y líquido que previene la desecación, mantenimiento del equilibrio iónico. Se cree, además, que pueden presentar propiedades fungicidas y bactericidas. Las glándulas venenosas tienen una función defensiva como respuesta a la depredación, ya que producen sustancias irritantes o venenosas.

El color de la piel de los anfibios está producido por tres capas de células pigmentarias o cromatóforos. Estas tres capas celulares corresponden a los melanóforos (que ocupan la capa más profunda), los guanóforos (que forman una capa intermedia y contienen muchos gránulos que, por difracción, producen un color verdeazulado) y los lipóforos (amarillos que constituyen la capa más superficial). El cambio de color que experimentan muchas especies está causada por secreciones de la hipófisis. A diferencia de los peces óseos, no existe control directo del sistema nervioso sobre las células pigmentarias y, por lo tanto, el cambio de color es bastante lento.37

El color es generalmente críptico, es decir, tiene como finalidad el ocultar o confundir al animal con su entorno. Existe una predominancia de las coloraciones verdosas, sin embargo, diversas especies poseen patrones cromáticos que hacen al animal claramente visible, como es el caso de la salamandra común (Salamandra salamandra) o el de las ranas punta de flecha (Dendrobatidae).38 Estas vistosas coloraciones van asociadas, con frecuencia, a un gran desarrollo de las glándulas venenosas paratoides y, en consecuencia, constituyen una coloración aposemática (o de advertencia) que permite una rápida identificación por parte de posibles depredadores. Muchas ranas al saltar exhiben súbitamente manchas de colores brillantes en sus patas posteriores, lo cual sirve para asustar o sorprender a sus depredadores.2 1 Como se había hecho mención, la pigmentación sirve, a su vez, como un medio para proteger al animal de los efectos de la luz o, en el caso de los colores oscuros, para facilitar la absorción de calor.
Esqueleto
Ilustración de la estructura ósea de un anuro.

Cintura

La cintura escapular de los primeros anfibios era casi idéntica a la de sus antecesores los osteolepiformes, salvo por la presencia de un nuevo hueso dérmico, el interclavicular (que se ha perdido en los anfibios modernos). La cintura escapular poseía dos elementos diferenciados, por un lado los elementos derivados endocondrales de la aleta del precursor pisciforme ancestral y que servía para suministrar una superficie de articulación a la extremidad; por otro, un anillo de huesos de origen dérmico (escamas cutáneas) que se habían hundido hacia el interior.

La cintura pélvica está mucho más desarrollada. En todos los tetrápodos está formada por tres huesos principales: el ilion en posición dorsal y, ventralmente, el pubis en posición anterior y el isquion en posición posterior; en el punto de reunión de estos tres huesos se forma el acetábulo en el que se articula la cabeza del fémur.2
Extremidades

Los anuros y los caudados presentan, por lo general, cuatro extremidades, mientras que las cecilias carecen de ellas. En la mayoría de los anuros las extremidades traseras son alargadas como una adaptación para saltar y nadar.1 La disposición de los huesos y músculos de las extremidades anteriores y posteriores de los tetrápodos es de una constancia sorprendente, a pesar de los diferentes usos a los que se destinan.37 En cada pata hay tres articulaciones: el hombro (o cadera), el codo (o rodilla) y la muñeca (o tobillo).

Las extremidades de los tetrápodos son de tipo quiridio. Existe un hueso largo basal (húmero/fémur) que articula en su extremo distal con dos huesos, el radio/tibia y la ulna o cúbito/fíbula o peroné. Estos huesos se articulan en la muñeca o el tobillo con un carpo o un tarso, respectivamente, que consisten, cuando su desarrollo es completo, en tres filas de huesecillos, con tres en la fila proximal, uno en la central y cinco en la distal. Cada uno de éstos últimos sostienen un dedo, formado por numerosas falanges.
Aparato digestivo y excretor

La boca alcanza gran tamaño, estando, en ocasiones, provista de pequeños dientes débiles. La lengua es carnosa y en algunos grupos está sujeta por su parte anterior y libre por detrás para que pueda ser proyectada al exterior y capturar las presas. Son animales engullidores, puesto que introducen en su tubo digestivo presas sin fragmentación previa.

La cloaca es una cavidad donde desembocan los aparatos digestivo, urinario y reproductor con un único orificio de salida al exterior; se presenta también en los reptiles y en las aves.2

Los anfibios poseen un par de fosas nasales que se comunican con la boca y las cuales están provistas de válvulas para impedir el ingreso de agua, contribuyendo, a su vez, con la respiración pulmonar.3
Aparato circulatorio y sistema nervioso
Circulación en los anfibios.

Como se ha dicho, los anfibios presentan un estado larvario y un estado adulto, cuya circulación es diferente para cada estado.

En el estado larvario presenta una circulación similar a los peces, de la aorta ventral parten cuatro arterias; tres de ellas van a las branquias, mientras que la otra comunica con los pulmones aún sin desarrollar por lo que lleva sangre desoxigenada.1

En la fase adulta los anfibios (en especial los anuros) pierden las branquias y desarrollan pulmones, y la circulación se vuelve doble por la aparición de una circulación menor y por la circulación mayor ya existente. Presentan un corazón tricameral formado por un ventrículo y dos aurículas, (según los casos, podría considerarse como una única aurícula, total o parcialmente dividida).1 3 La circulación mayor consiste en un trayecto general por el cuerpo, mientras que la menor realiza un trayecto exclusivamente pulmonar e incompleto, ya que la sangre se mezcla en el ventrículo, y al recorrer el cuerpo contiene una parte oxigenada y otra desoxigenada. Debido a la mezcla entre sangre venosa y sangre arterial, la sangre al salir, del corazón es clasificada mediante una válvula espiral denominada válvula sigmoidea, que se encarga de transportar la sangre oxigenada a órganos y tejidos y la desoxigenada a los pulmones. El funcionamiento de esta válvula es aún desconocido.


El sistema nervioso no presenta grandes particularidades con respecto al de los peces.
Reproducción, desarrollo y alimentación
Véase también: Renacuajo.
Pareja de sapos comunes (Bufo bufo) en amplexo.

Los anfibios son dioicos, es decir, poseen sexos separados, existiendo muchos casos dimorfismo sexual.1 Presentan fecundación interna y externa, siendo en su mayor parte ovíparos.3 La puesta, al no estar los huevos resguardados contra la desecación, se efectúa normalmente en agua dulce y está conformada por una multitud de pequeños huevecillos unidos por una sustancia gelatinosa3 , estando, a su vez, cubiertos por una o más de estas membranas que los protegen de los golpes, de los organismos patógenos y de los depredadores. Los cuidados paternales están presentes en un menor número de especies, al exhibir la gran mayoría una estrategia r respecto a la reproducción. Entre los casos donde se da una estrategia K se pueden nombrar al del sapo de Surinam (Pipa pipa), el de la ranita de Darwin (Rhinoderma darwinii)2 39 o el de las especies del género Rheobatrachus.40 41

Presentan una segmentación holoblástica desigual, careciendo de membranas extraembrionarias.3 De los huevos surgen las crías en estado larvario, llamadas en muchos casos renacuajos. Las larvas de los anfibios viven en las aguas dulces, mientras que los adultos, por lo general, llevan una vida semiterrestre, aunque siempre en lugares húmedos. Este tipo de desarrollo se llama metamorfosis. A lo largo de este las larvas van perdiendo progresivamente la cola como consecuencia de una autolisis celular. En muchas especies se mantienen en la fase adulta hábitos acuáticos y natatorios.2
Ciclo de vida de un anuro.

Las larvas atraviesan por tres estadios de desarrollo, siendo el primero premetamórfico, llevándose a cabo un crecimiento a raíz de los estímulos generados por las elevadas dosis de prolactina producidas por la adenohipófisis.42 Ya en el estadio prometamórfico se da paso al desarrollo de las extremidades posteriores, finalizando con el tercer estadio donde se produce el clímax metamórfico que concluye con la transformación de la larva en juvenil.43

La fecundación, como se había mencionado, es externa, llevándose a cabo en el agua donde el macho vierte su esperma a la vez que la hembra deposita huevos aún sin fecundar.1 En los anuros, las parejas se aparean en el agua en un acto que se denomina amplexo o abrazo nupcial, durante el cual el macho se aferra fuertemente a la hembra con sus miembros anteriores, los cuales poseen callosidades especiales para una mejor adhesión.1 3

La alimentación se basa en los vegetales durante la fase larvaria y está compuesta por artrópodos y gusanos en el estado adulto.2 La principal fuente de alimentos en el estado adulto la constituyen los insectos, como los coleópteros, y otros invertebrados, como orugas de mariposa, gusanos de tierra y arácnidos.

REPTILES












                                                   REPTILES

Los reptiles (Reptilia) son un grupo parafilético de vertebrados amniotas provistos de escamas epidérmicas de queratina. Fueron muy abundantes en el Mesozoico, época en la que surgieron los dinosaurios, pterosaurios, ictiosaurios, plesiosaurios y mosasaurios. Según la taxonomía tradicional los reptiles son considerados una clase; según la sistemática cladística, son un grupo parafilético sin valor taxonómico.
La mayoría de los reptiles se han adaptado a la vida terrestre, pero finalmente se ha descubierto que algunos viven en agua. Una piel resistente y escamosa es una de sus adaptaciones. Otras de las adaptaciones que han contribuido al éxito de los reptiles en tierra firme son, entre otras, que incluyen pulmones bien desarrollados, un sistema circulatorio de doble circuito, un sistema excretor que conserva el agua, fuertes extremidades, fertilización interna y huevos terrestres con cascarón. Además los reptiles pueden controlar su temperatura corporal cambiando de lugar.1






                               
                                      Control de temperatura corporal
La capacidad para controlar su temperatura corporal es una enorme ventaja para los animales activos. Los animales de los que hemos hablado hasta ahora son ectotérmicos. Los ectotérmicos utilizan la conducta para controlar la temperatura del cuerpo. Para calentarse, se tienden bajo el sol todo el día o permanecen bajo el agua durante la noche. Para enfriarse, se mueven hacia la sombra, nadan, o se refugian en madrigueras subterráneas.1

                                                 Alimentación
La mayor parte de los reptiles son carnívoros y poseen un tracto digestivo sencillo y corto, ya que la carne es bastante simple para descomponer y digerir. La digestión es más lenta que en los mamíferos, lo que refleja su lento metabolismo durante el reposo y su incapacidad para dividir y masticar sus alimentos. Este metabolismo tiene requerimientos de energía muy bajos, permitiendo que los grandes reptiles, como los cocodrilos y las grandes serpientes constrictoras puedan vivir de una comida grande por meses, digiriendo lentamente a una presa de gran tamaño.

Los reptiles herbívoros en cambio, tienen los mismos problemas de masticación de los mamíferos herbívoros, pero, a falta de los dientes complejos que poseen éstos últimos, los reptiles tragan rocas y piedras (llamados gastrolitos) para facilitar la digestión: las rocas se lavan en el estómago, ayudando a moler la materia vegetal. Las tortugas marinas, cocodrilos e iguanas marinas también utilizan los gastrolitos como lastre, lo cual les sirve de ayuda para la inmersión.

                                       
         

                                                   Respiración

Los pulmones de los reptiles son esponjosos y tienen mayor superficie para intercambio de gases que los anfibios. Estos debido a que la mayoría de los reptiles no puede intercambiar gases a través de la piel, como hacen la mayoría de los anfibios de piel húmeda. Muchos reptiles tienen músculos que rodean las costillas y expanden la cavidad torácica para inhalar, o colapsan la cavidad para exhalar. Varias especies de cocodrilos también poseen repliegues cutáneos que separan la boca de los conductos nasales, así respiran por las fosas nasales mientras tienen la boca abierta. Para intercambiar gases con el medio ambiente, los reptiles poseen dos pulmones funcionales o bien, en el caso de ciertas especies de serpientes, solo uno.1
                                                 
                                                   Circulación

Los reptiles poseen un eficaz sistema circulatorio de doble circuito. Una de las vías lleva y recoge sangre de los pulmones. La otra vía lleva y recoge sangre del resto del cuerpo. El corazón de los reptiles contiene dos aurículas y uno o dos ventrículos. La mayoría de los reptiles tienen un ventrículo único con un septo parcial, permite separar la sangre oxigenada de la sangre no oxigenada durante el ciclo de bombeo. Los cocodrilos y caimanes tienen los corazones mejor desarrollados entre los reptiles modernos, pues está compuesto de dos aurículas y dos ventrículos, conformación que también existe en aves y mamíferos.1



                                                    Excreción

La orina se produce en los riñones, en algunos reptiles, la orina fluye a través de unos tubos directamente hacia una cloaca parecida a la de los anfibios. En otros casos, la vejiga urinaria almacena la orina antes de eliminarla por la cloaca. La orina de los reptiles contiene amoniaco o ácido úrico. Los reptiles que viven principalmente en el agua, como los cocodrilos y caimanes, excretan la mayor parte de sus desechos nitrogenados en forma de amoniaco, un compuesto tóxico. Los caimanes y cocodrilos beben mucha agua, y esto diluye el amoniaco de la orina y ayuda a expulsarlo. En contraste, muchos otros reptiles, sobre todo los que viven exclusivamente en tierra firme, no excretan amoniaco directamente. En vez de ellos convierten el amoniaco en un compuesto llamado ácido úrico. El ácido úrico es mucho menos tóxico que el amoniaco, así que no hace falta diluirlo mucho. En estos reptiles, el exceso de agua se absorbe en la cloaca y convierte la orina en cristales de ácido úrico que forman un sólido blanco y pastoso. Como eliminan desechos que contienen poco líquido, los reptiles pueden conservar agua.1

                                                       Respuesta

El patrón básico del encéfalo de un reptil es semejante al de un anfibio, aunque el cerebro y el cerebelo son considerablemente más grandes comparadas con el resto de la masa encefálica. Los reptiles que son activos durante el día, suelen poseer ojos complejos y pueden percibir bien los colores. Muchas serpientes tienen también un excelente sentido del olfato. Además de las fosas nasales, la mayoría de los reptiles tiene un par de órganos sensoriales en el paladar, los cuales pueden detectar la presencia de sustancias químicas cuando el reptil saca la lengua. Los reptiles tienen oídos simples con tímpano externo y un hueso único que conduce el sonido al oído interno. Las serpientes también pueden captar vibraciones del suelo mediante lo comparación con muchos anfibios, los reptiles con patas tienden a tener extremidades más grandes y fuertes que les permiten caminar, correr, excavar, nadar o trepar. Además, las patas de algunos reptiles están más por debajo del cuerpo que en los anfibios, lo que les permite cargar más pesos. Igual que en los anfibios, la espina dorsal de los reptiles ayuda a realizar gran parte del movimiento.1

                                                        Reproducción

Todos los reptiles se reproducen por fertilización interna, donde el macho deposita su esperma en el interior del cuerpo de la hembra. Casi todos los reptiles machos poseen un órgano semejante al pene que les permite depositar el esperma en el cuerpo de la hembra. Después de la fecundación, el aparato reproductivo de la hembra cubre a los embriones con varias membranas y un cascarón correoso.






martes, 10 de septiembre de 2013

AVES

                                                    
                                                  Características generales

    Su cuerpo está cubierto de plumas.

    Sus extremidas anteriores son alas, que utilizan para volar, aunque algunas no puedan hacerlo como el pingüino o el avestruz.

    Es equeleto es muy ligero, porque sus huesos son huecos y pesan poco. Además, algunas poseen unas bolsas especiales, llamadas sacos aéreos, que están llenos de aire y facilitan el vuelo.

    La temperatura del cuerpo es constante, es decir, son animales de sangre caliente.

    Respiran por pulmones. Poseen en la boca un pico, sin dientes, que varía de unas aves a otras, según su alimentación.

    Tienen cloaca, por donde ponen los huevos.


                                                        Alimentación

    Según su alimentación las aves pueden ser:

    Insectívoras: Comen insectos. Por ejemplo la golondrina y el abejorro.

    Herbívoras: Se alimenta principalmente de hierbas, frutos y semillas. Algunas se alimenta casi sólo se semilla, como la perdiz, que reciben el nombre de granívoras.

    Carnívoras: Se alimentan de carne, por ejemplo el águila y  el buitre.

    Omnívoras: Se alimentan de animales y plantas, por ejemplo, la gallina.

   



                                                    Reproducción

Las aves son ovíparas, es decir, se reproducen por huevos. El proceso es el siguiente:

    La fecundación es interna. Macho y hembra se aparean y forman los huevos fecundados dentro de la hembra.

    La hembra expulsa los huevos por la cloaca.

    Los huevos fecundados, para llegar a buen término, deben permanecer a una temperatura próxima a la del cuerpo del adulto, por ello hay que proporcionarle continuamente calor, interviniendo en ello tanto el macho como la hembra. A este proceso se le llama incubación.

    Cuando llegue el momento oportuno, las crías rompen el cascarón y salen del cascarón.






                                   Reproducción ovípara de las aves

Tras la puesta de los huevos las aves los incuban para que prosiga el desarrollo del embrión.
El desarrollo embrionario ocurre en el interior de un huevo, que se ha de mantener a cierta temperatura y protegido de los depredadores; por ello, suelen incubar los huevos. Cuando la cría ya está desarrollada, se produce la eclosión, es decir, la rotura de la cáscara del huevo y al salida al exterior del polluelo.











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MAMIFEROS


MAMÍFEROS 
En el Ecuador viven 404 especies de mamíferos. Este número corresponde al 7.36% del total mundial. De ellas, 161 especies son quirópteros (murciélagos) y 111 especies roedores (ratas, guantas, guatusas, ardillas, etc.). La suma de estas especies (272) constituyen las dos terceras partes de los mamíferos que viven en nuestro país.



Si se considera el número de individuos por especie, la fauna mastozoológica de nuestro país es escasa o poco abundante, lo cual se explica por la pequeña extensión de su territorio (256.370 Km2). En cambio la diversidad, es decir el número de especies y subespecies, es relativamente grande, gracias a la existencia de una variedad de climas y una enorme riqueza de hábitat diferentes. Esto se debe a que el territorio ecuatoriano está ubicado en la Zona Tórrida, pero atravesado por el macizo de los Andes e influenciado por las corrientes marinas: Fría de Humbolt por el sur, y la Cálida del Niño por el norte. Además, es parte del patrimonio nacional el Archipiélago de Galápagos y las aguas que constituyen el Mar Territorial, lugares que también son habitados por varias especies de mamíferos.

Por el número de especies, sin considerar la extensión territorial, el Ecuador ocupa el 9no. lugar entre todos los países del mundo, detrás de Brasil, China, México y otros países que tienen extensiones más grandes.

Los mamíferos de la fauna ecuatoriana, con pocas excepciones, son especies que habitan exclusivamente la América tropical, conocida en el mundo como Región Neotropical. El neotrópico se extiende desde el extremo sur de Norteamérica hasta la Patagonia.

Algunas especies son endémicas (41 especies que equivale al 10.1% del total). Especies endémicas del Ecuador significa que únicamente viven en nuestro país.

El caso de las especies endémicas que se encuentran en Galápagos fue sabiamente explicado, a mediados del Siglo XIX, por el naturalista inglés Charles Darwin en su genial obra "El origen de las especies" en la que destaca como factores determinantes el aislamiento geográfico y las diferencias medioambientales de cada isla con respecto a las demás.

El endemismo del Ecuador continental, en cambio, debe encontrar explicación en la influencia que ejercen las corrientes marinas y en la accidentada topografía de la mayor parte de su superficie, que ha dado lugar a pequeñas extensiones de territorio con características meteorológicas propias y particularidades climáticas específicas, que les vuelven diferentes y únicas. Estos lugares han favorecido a que se produzcan procesos evolutivos propios con la consecuente formación de nuevas especies adaptadas a vivir solamente en ellos.

                              REPRODUCCIÓN DE LOS MAMÍFEROS

Para entender la anatomía del aparato reproductor de los distintos grupos de mamíferos, y de las notables diferencias existentes entre ellos, hay que saber que el desarrollo embrionario tiene lugar independientemente en ambas mitades corporales, siendo una el espejo de la otra, y que éste tiene lugar además, estrechamente relacionado con el del aparato urinario.

Salvo los monotremas que son ovíparos, todos los mamíferos son vivíparos y la fecundación es siempre interna, lo que requiere que el macho inserte el pene eréctil en el interior de la vagina de la hembra a través de la abertura externa conocida como vulva.
Anatomía del tracto genital
Esquema del tracto urogenital de las hembras mamíferas: 1-Riñones; 2-Uréteres; 3-Ovarios; 4-Oviductos; 5-Útero; 6-Recto; 7-Vejiga urinaria; 8-Uretra; 9-Vagina.
                                        Aparato reproductor femenino

Los órganos que conforman el aparato reproductor de la hembra son comunes a todas las especies, aunque existen diferencias significativas entre los distintos taxones.

El ovario es la glándula sexual femenina, en la que se producen los óvulos o células sexuales femeninas. Una vez que éstos han madurado son expulsados del ovario hacia las trompas de Falopio u oviductos, que son los conductos por los que el óvulo llega al útero.

El útero es una víscera sacular de naturaleza glandular. Realmente, en la mayoría de las especies se trata de dos cámaras separadas o cuernos uterinos, aunque el grado de diferenciación de ambos varía entre las especies hasta fusionarse completamente formando un útero simple, si bien esta condición sólo aparece en los primates no prosimios (lémures, lorises y tarseros), armadillos, perezosos y algunas especies de murciélagos.

En todos los placentados existe algún grado de fusión de los cuernos uterinos que, en marsupiales permanecen completamente separados.

El útero conecta con la vagina, única en monotremas y placentados y doble en marsupiales, que se abre al exterior a través de la vulva. Junto a ésta, un pequeño músculo denominado clítoris es común en todas las especies, y en algunas de ellas está dotado de un pequeño hueso.

En los monotremas la abertura del tracto urogenital, al igual que ocurre en reptiles y aves, es común a la digestiva, dando lugar a un único orificio conocido como cloaca. En el resto de las especies, la abertura urogenital es independiente de la intestinal, existiendo una distancia entre ambas que varía entre especies. Lo mismo ocurre con el sinus urogenital que es el espacio existente entre la vulva y la abertura de la uretra en el tracto genital. La elefanta presenta el más espectacular sinus, que llega a medir hasta 60 cm. En contraposición, los primates no lo presentan abriéndose al exterior de forma independiente la uretra y la vagina.
                                     Aparato reproductor masculino

En los machos, el aparato reproductor consta de dos testículos que en un primer momento son intrabdominales, y a lo largo del desarrollo, van descendiendo hasta una bolsa extrabdominal de piel llamada escroto, excepto en elefantes, cetáceos y desdentados que permanecen dentro de la cavidad abdominal.

El pene, presenta morfologías distintas, conduce la orina y el esperma a través de la uretra, y en algunas especies de roedores, carnívoros y primates está dotado de un hueso (el báculo). En los marsupiales, es doble guardando el necesario paralelismo con la vagina de la hembra.

La próstata es común a todas las especies, aunque en algunas existen además otras glándulas accesorias.
Biología de la reproducción

Un componente fundamental de la evolución, del comportamiento, y de la historia de los mamíferos está basado en la dedicación que las hembras ponen en el cuidado de su descendencia, comenzando ésta incluso antes de que los òvulos se fertilicen.

Todas las hembras experimentan una cierta forma de ciclo estral en la cual los ovulos deben prepararse y estar listos para una potencial fertilización. Las hormonas regulan cambios en varios aspectos de la fisiología femenina a través del ciclo y preparan a la hembra para la fertilización, la gestación y la lactancia.

En este variopinto grupo animal, pueden observarse muchas estrategias reproductivas, y los patrones que vamos a ver a continuación son los extremos de una serie continua que abarca esta variación.

Los factores ambientales, así como los requerimientos fisiológicos y sociales contribuyen al patrón de la reproducción encontrado en cualquier población o especie. Las diferencias en estos factores entre especies han conducido a la diversidad de los rasgos entre mamíferos y sus formas de vida.
                     
                              Apareamiento y comportamiento social

La relación entre individuos de ambos sexos con fines reproductivos conocen varias situaciones en las especies mamíferas:1

    Poliginia. Es la más frecuente entre estos animales y consiste en el apareamiento de un solo macho con distintas hembras en una misma estación reproductiva. Este panorama da lugar a una intensa competición entre los machos en muchas de las especies, exhibiendo el potencial necesario para que las hembras los elijan para engendrar su descendencia. Así, se aprovechará mejor el potencial genético de los machos dominantes, mejor preparados para afrontar los desafíos de la vida, pudiendo engendrar el mayor número de crías posible, que, por otra parte estarán supuestamente mejor dotadas genéticamente, mientras que las hembras pueden dedicar el esfuerzo a la gestación y lactancia de la prole. El inconveniente es que muchos machos no tendrán descendencia alguna a lo largo de su vida.2
    Promiscuidad/Poliginandria. Tanto machos como hembras se aparean con múltiples individuos del otro sexo a lo largo de la estación de cría. No es muy frecuente y se da entre algunas especies de primates, entre ellos algunos homínidos.3
    Monogamia. Consiste en el emparejamiento de un macho y una hembra que durará al menos toda la estación reproductiva. No es muy frecuente entre los mamíferos, estimándose en alrededor de un 3% de todas las especies. Algunas de ellas como la orca parecen mostrar este comportamiento.4
    Poliandria. Consiste en que una sola hembra es la que se aparea con todos los machos de la colonia. Este tipo de relación social es el que manifiestan los insectos coloniales y entre los mamíferos ha sido observado en las ratas-topo desnudas. La hembra reproductiva actúa de reina y se aparea con todos los machos de la colonia impidiendo la reproducción del resto de las hembras que se ocuparán sin embargo del cuidado de sus crías.

Como consecuencia de los esfuerzos que machos y hembras han de padecer para llegar a reproducirse, muchos mamíferos tienen comportamientos complejos y morfologías asociadas a la reproducción. Por ejemplo la mayor parte de las especies presentan un marcado dimorfismo sexual con machos de mayor envergadura, fruto de la selección natural conseguida por la presión que supone la competencia física a la que éstos se ven sometidos para tener acceso a las hembras.

La reproducción de muchas especies tiene carácter estacional, siendo influenciada ésta por estímulos ambientales tales como la duración de las horas de luz solar, los recursos alimenticios o la temperatura ambiental, que dictan cuando debe tener lugar el apareamiento. A menudo, los sistemas de acoplamiento pueden variar dentro de cada especie dependiendo de las condiciones ambientales locales. Por ejemplo, cuando los recursos son bajos, copulan con una sola hembra y ayudan al cuidado de la prole, mientras que cuando éstos son abundantes, la madre puede cuidar sola de sus crías mientras que los machos procurarán engendrar descendencia con múltiples hembras.
Desarrollo embrionario

Hay tres grupos importantes de mamíferos, cada uno de los cuales está representado por una característica importante del desarrollo embrionario:

    Los monotremas (Prototheria) ponen huevos, que es la condición reproductiva más primitiva de los mamíferos.
    Los marsupiales (Metatheria) los embriones nacen en una fase muy precoz de desarrollo, después de un período muy corto de la gestación (8 a 43 días) con un ínfimo grado de desarrollo. Se alojan en el marsupio donde permanecen estrechamente unidos a los pezones hasta completar su desarrollo, y los periodos de lactancia son proporcionalmente muy superiores a los de los placentarios.5
    La gestación dura mucho más de largo en los mamíferos placentarios (Eutheria). Durante este periodo, los jóvenes están vinculados recíprocamente con su madre a través de una placenta, un órgano complejo que conecta el embrión con el útero.

Una vez que han nacido, todos los mamíferos dependen de sus madres para alimentarse, pues sólo ellas pueden proporcionarles su primer alimento: la leche.

Existen además diversas fórmulas en las que el embrión no comienza su desarrollo inmediatamente después de la cópula: Algunas hembras almacenan el esperma hasta que las condiciones son favorables para que comience la fertilización, produciéndose ésta en ese momento. En otras, los huevos son fecundados poco después de la cópula, pero la implantación del embrión no tiene lugar hasta que las condiciones son satisfactorias. Este proceso se conoce como implantación diferida. Por último, una tercera forma de gestación no inmediata es el desarrollo diferido, en el cual el desarrollo del embrión ya implantado puede retrasarse durante un cierto tiempo.

La reproducción estacional y los mecanismos de gestación no inmediata a la cópula son estrategias reproductivas que ayudan a mamíferos a coordinar el nacimiento de la descendencia para que ésta tenga lugar en los momentos en los que puedan aumentar las ocasiones de su supervivencia.

Los procesos reproductivos comienzan con la ovogénesis y espermatogénesis, que son las fases de producción de las células sexuales o gametos femenino (óvulo) y masculino (espermatozoide).

En el folículo ovárico se forma el óvulo que a medida que va creciendo y madurando migra hasta el exterior del ovario para recorrer el tracto reproductivo de la hembra hasta el lugar donde se produce la fecundación o unión del óvulo con el espermatozoide que puede ser en la vagina o el útero dependiendo de la especie. Una vez formado el huevo o cigoto, comienza la reproducción celular, diferenciándose las tres capas que describen a los amniotas: corion, amnios y alantoides, que irán también evolucionando a medida que se reproducen sus células, especializándose en determinadas funciones que darán lugar al desarrollo del nuevo individuo.
Prolificidad y cuidado de las descendencia
La hembra del cerdo pare muchas crias.

Algunos mamíferos dan a luz muchas crías escasamente desarrolladas en cada estación reproductiva. A pesar de este estado relativamente subdesarrollado, los jóvenes tienden a alcanzar la madurez relativamente pronto, pudiendo reproducirse sin haber alcanzado el tamaño o el aspecto de individuos maduros. Normalmente esto va relacionado con altos índices de mortalidad y baja esperanza de vida como ocurre con los roedores o los antiguos insectívoros.

En el otro extremo del espectro de la historia de la vida, otras especies dan a luz un escaso número de individuos en cada parto. Estas especies tienden a vivir en ambientes estables donde la competición por los recursos es el único obstáculo para la supervivencia y el éxito reproductivo. La estrategia de estas especies es invertir energía y algunos recursos en conseguir descendientes altamente desarrollados que consigan ser buenos competidores. Los cetáceos, los primates y los artiodáctilos son ejemplos de las órdenes que siguen este patrón general.

Todas las crías de mamíferos tienen que alimentarse de leche durante un cierto tiempo al inicio de su vida, y este alimento sólo puede proporcionárselo su madre, por lo que la vinculación existente entre madre e hijo es imprescindible para que las crías puedan comenzar el desarrollo extrauterino. La leche es un líquido orgánico producido por las glándulas mamarias, rica en grasas, hidratos de carbono, proteínas, y los minerales necesarios para el crecimiento de los recién nacidos.

La lactancia puede suponer un desgaste energético para la madre superior al de la gestación, pero la leche es imprescindible para que las crías, una vez fuera del útero materno puedan mantener su temperatura corporal, y crezcan y se desarrollen adecuadamente. Pero no sólo tienen que alimentarlas, las hembras tienen que proteger a sus crías de los depredadores, y éstas a su vez tienen que aprender de sus madres los mecanismos que les permitirán seguir con vida, por lo que en muchas especies, la descendencia permanece con la madre después de la lactancia durante un cierto período.

Por regla general, los machos dedican más esfuerzo a la difusión de su material genético que a la protección y cuidado de la descendencia. Y esto es más frecuente cuanto menos estable sea la relación entre el macho y la hembra. Así, aquellas especies que establecen relaciones monogámicas son las que manifiestan mayor interés de los machos por la protección de la descendencia.

En otras ocasiones, el macho participa en la protección de la descendencia de forma indirecta, dedicándose a la protección del territorio que ocupa la manada o la preservación de los recursos alimenticios.

No obstante, en ciertos casos, el comportamiento de los machos en relación a este asunto, varía en función de las condiciones ambientales, responsables directas de la disponibilidad alimenticia.

Independientemente del tipo de apareamiento, algunas especies como titíes o leones africanos, comparten el cuidado de la descendencia de todas las hembras del grupo.

La mayoría de los mamíferos hacen uso una guarida o una jerarquía social para la protección de sus jóvenes. Otros, sin embargo, nacen bien desarrollados y pueden valerse por sí mismos relativamente poco tiempo después del nacimiento. Los más notables de este respeto son los artiodáctilos tales como ñúes o jirafas. Los jóvenes cetáceos deben también ser capaces de nadar por sí mismos poco después del nacimiento.

Exactamente igual que asistimos a grandes diferencias en cuanto a tamaño, forma o comportamiento de las distintas especies, también la esperanza de vida de estos animales varía enormemente de unas especies a otras.

Por norma general, puede asegurarse que cuanta menos envergadura tiene un mamífero, menor es su esperanza de vida. Sin embargo, los murciélagos constituyen la excepción que confirma esta regla, pues aun siendo relativamente pequeños, pueden vivir en condiciones naturales incluso más de dos décadas, lo que es bastante más tiempo que el que viven muchas especies de mayor tamaño.

Como norma general, los animales en cautividad suelen vivir más tiempo que los salvajes, algo que resulta evidente teniendo en cuenta que sus condiciones de vida están controladas para que les resulten favorables.

La esperanza de vida de los mamíferos salvajes se extiende desde un año o algo menos hasta aproximadamente 70-80, si bien, algunas especies pueden sobrepasar esta edad; el mamífero más longevo que se conoce es la ballena de Groenlandia (Balaena mysticetus) puede llegar a vivir más de 200 años. Se considera que la edad máxima que puede alcanzar un humano es de 120 años.